Popularmente, se usa el término “bracket” para referirse a cualquier tratamiento de ortodoncia fija. Sin embargo, los brackets son, en realidad, las pequeñas piezas que se adhieren a la superficie de los dientes. Para conseguir el movimiento de los dientes, además de los brackets, se utilizan otros dos elementos:
El arco es el alambre que pasa por los brackets, los cuales están adheridos a las piezas dentales.
La ligadura es la pieza que une el bracket con el arco. Puede ser elástica o metálica. En la fase inicial del tratamiento se suelen utilizar arcos de níquel titanio, que tienen capacidad de memoria, esto es, una vez deformados tienen la capacidad de volver a su forma inicial. Al unir el arco al bracket, el arco se deforma, y cuando el arco intenta volver a su forma inicial permite ejercer la fuerza necesaria en los dientes para realizar los micromovimientos.
En su conjunto, este sistema de ortodoncia tiene como misión mejorar tanto el alineamiento como la oclusión (mordida) de los dientes. Por tanto, se puede utilizar para corregir alteraciones como el apiñamiento, los diastemas, la
sobremordida, la mordida cruzada o la mordida abierta. Además de mejorar la estética, los brackets ayudan a prevenir problemas de salud bucodental derivados de una mala alineación.
Existen distintos tipos de brackets:
Son los brackets convencionales y los que suelen asociarse a niños y adolescentes. Dado lo extendido que está su uso, existen diversos tipos, tamaños y modelos de brackets metálicos.
Principalmente, se usan en adolescentes por su alta eficacia y su precio. Es decir, permiten corregir la mayoría de los problemas en el alineamiento y la oclusión de los dientes y, además, lo hacen a un precio significativamente más bajo que el resto de brackets.
Los brackets metálicos están fabricados en acero inoxidable, lo que los hace muy resistentes. Aunque sean bastante visibles, hoy en día su tamaño es mucho más pequeño que hace unos años, por lo que resultan más cómodos y algo más discretos.
Los brackets de zafiro son altamente estéticos gracias a la translucidez del material con el que están fabricados: el cristal de zafiro monocristalino.
La principal diferencia, por tanto, entre los brackets metálicos y los de zafiro es que estos últimos son translúcidos. Y, además, pueden combinarse con arcos y ligaduras de color blanco. De esa manera, toda la ortodoncia se asemeja al color natural del diente, por lo que resulta más discreta.
Precisamente por la estética que proporciona, la ortodoncia con brackets de zafiro es un tratamiento muy demandado por pacientes adultos.
Los brackets de zafiro tienen la misma eficacia que la ortodoncia convencional. Sin embargo, al ser más estéticos, presentan un precio superior.
La ortodoncia lingual es la técnica más estética de todas las que existen actualmente en el mercado. Esto se debe a que los brackets se colocan en la cara interna (lingual) de los dientes. Se pueden considerar, por tanto, unos brackets invisibles, ya que no se ven cuando el paciente sonríe.
Los otros dos tipos de brackets mencionados (metálicos y de zafiro) siguen una fabricación estándar. Sin embargo, algunos tipos de brackets linguales se pueden confeccionar a medida. Es decir, se pueden diseñar en función de la anatomía de los dientes del paciente, lo que permite maximizar el área de adhesión y lograr que el tratamiento sea más eficaz y, a su vez, más corto.
Debido a su alta estética y mayor nivel de complejidad, los brackets linguales tienen un precio más elevado.
**Importe mínimo: 720€. Ejemplo de financiación para un importe de 3.280,00€ en 60 meses. Comisión de formalización del 2,00%: 65,60€ a pagar en la primera cuota. Importe financiado: 3.280,00€. Primera cuota de 131,25€. 58 cuotas de 65,65€ y una última cuota de 65,41€. TIN 7,45% TAE 8,62%. Total intereses: 658,76€. Coste total del crédito: 724,36€. Importe total adeudado y precio total a plazos: 4.004,36€. Precio de adquisición al contado: 3.280,00€. Sistema de amortización francés. Financiación ofrecida por Banco Cetelem S.A.U. válida hasta el 31/12/2025.
**Importe mínimo: 720€. Ejemplo de financiación para un importe de 2.440€ en 60 meses. Comisión de formalización del 2,00%: 48,80€ a pagar en la primera cuota. Importe financiado: 2.440,00€. Primera cuota de 97,63€. 58 cuotas de 48,83€ y una última cuota de 49,19€. TIN 7,45% TAE 8,62%. Total intereses: 490,15€. Coste total del crédito: 538,96€. Importe total adeudado y precio total a plazos: 2.978,96€. Precio de adquisición al contado: 2.440,00€. Sistema de amortización francés. Financiación ofrecida por Banco Cetelem S.A.U. válida hasta el 31/12/2025.
Las principales ventajas de la ortodoncia con brackets son las siguientes:
Antes de comenzar un tratamiento con brackets es fundamental llevar a cabo un estudio completo del paciente. Con ello, se valora su estado de salud bucodental, se diagnostica la maloclusión y se establece el punto de partida del tratamiento.
El estudio inicial consta de una exploración bucodental, fotografías (intraorales y extraorales), radiografías (telerradiografía y ortopantomografía) e impresiones (moldes) de la boca.
Con estas impresiones se confeccionan los modelos de estudio (réplicas físicas de la dentadura del paciente).
El ortodoncista cementa los brackets a la superficie de los dientes y coloca el arco que los conecta y las ligaduras. Esta cita suele tener una duración aproximada de 30-60 minutos, en función del tipo de bracket que se coloca.
Además, en esta visita, el profesional explica al paciente una serie de recomendaciones para favorecer que el tratamiento transcurra con éxito (alimentación, higiene…).
A lo largo del tratamiento, el paciente debe acudir a revisiones con el ortodoncista, las cuales suelen pautarse cada cuatro o cinco semanas. En estas citas, el profesional ajusta el arco para que continúe ejerciendo la presión necesaria sobre los dientes y evalúa los progresos del tratamiento.
Tras conseguir los resultados planificados, el ortodoncista retira los brackets, arcos y ligaduras. En esa misma cita, se puede colocar el retenedor fijo (una fina barra de alambre en la cara interna de los dientes) y tomar unas impresiones para confeccionar los retenedores removibles.
Ambos tipos de retenedores sirven para mantener la posición de los dientes tras el tratamiento de ortodoncia, ya que los dientes tienen una tendencia natural a apiñarse con el tiempo.
La Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO) recomienda que la primera visita al ortodoncista sea a los seis años.
Esa es la edad a la que suelen comenzar a erupcionar los primeros molares permanentes y el periodo en el que tanto los dientes como los huesos maxilares están en crecimiento. Por tanto, cualquier problema de desarrollo es mucho más sencillo de tratar.
El ortodoncista, a través de las visitas periódicas de seguimiento, puede determinar cuál es la mejor edad para el tratamiento de ortodoncia de cada niño.
No obstante, aunque la infancia sea la etapa óptima, se pueden usar brackets a cualquier edad.
Durante el tratamiento hay que prestar atención a la hora de comer e intentar evitar el consumo de alimentos duros, pegajosos y viscosos:
Además de lo anterior, se debe evitar comer determinados alimentos a mordiscos (bocadillos, manzanas, zanahorias...), ya que los movimientos de palanca pueden hacer que los brackets se caigan o despeguen.
El precio puede variar dependiendo del tipo de brackets y del plan de tratamiento. En general, colocar brackets solo en la arcada superior es más económico que hacerlo en ambas.
No obstante, si tienes esta duda, te recomendamos acudir a una de nuestras clínicas para ser valorado por un ortodoncista.
En principio, el tratamiento de ortodoncia debe realizarse en las dos arcadas (superior e inferior). Esto se debe a que la boca funciona como un engranaje y los movimientos que se hacen deben estar coordinados para no descompensar ninguna de las arcadas. Por tanto, lo más aconsejable es que el ortodoncista valore tu caso concreto y responda a tu duda de si puedes ponerte brackets solo arriba.
Como norma general, la retirada de brackets suele estar contemplada en el presupuesto total del tratamiento.
Sin embargo, si no eres paciente de nuestras clínicas y deseas conocer cuánto costaría que te retiráramos los brackets, te recomendamos acudir a uno de los centros Vitaldent para que te valore un ortodoncista.
Principalmente, las ventajas de los brackets metálicos son dos: la eficacia y el precio del tratamiento.
Por un lado, los brackets convencionales permiten corregir la mayoría de los problemas en el alineamiento y la mordida de los dientes. Por otro lado, lo hacen a un precio menor que otros tratamientos de ortodoncia.
La principal desventaja de los brackets metálicos respecto a otros tratamientos es la estética, ya que son los brackets más visibles.
Sin embargo, también es verdad que este tipo de ortodoncia ha evolucionado mucho con el paso de los años y que hoy en día existen modelos de brackets más pequeños y discretos que antes.
Filipa Nunes es coordinadora médica del área de Ortodoncia del Grupo Vitaldent. Se licenció en Medicina Dental por el Instituto Superior de Ciencias de la Salud en Lisboa (Portugal) y estudió un posgrado internacional en Odontología Integral en la Universidad de Nueva York (Estados Unidos). Además, cuenta con experiencia profesional como ortodoncista tanto en España como en Portugal.
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