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Bruxismo

Última revisión: 16/07/2024

El bruxismo es una afección común que afecta a muchas personas y se caracteriza por el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes, tanto de día como de noche. Esta condición puede generar problemas en los dientes, músculos faciales y la articulación de la mandíbula, provocando dolor e incomodidad. Detectarlo y tratarlo a tiempo es fundamental para evitar complicaciones mayores. En Vitaldent, ofrecemos soluciones personalizadas para ayudar a nuestros pacientes a aliviar los síntomas y proteger su salud bucodental.

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¿Qué es el bruxismo?

El bruxismo es un hábito involuntario que consiste en apretar y/o rechinar los dientes, lo que ejerce una presión excesiva sobre la musculatura de la mandíbula y deriva en una sobrecarga de la dentadura. 

Por ello, el bruxismo continuado provoca numerosos problemas e inconvenientes como desgastes en los dientes, sensibilidad dental, dolor de cabeza o cansancio en la mandíbula. Por lo general, el bruxismo tiene lugar durante el sueño, aunque también puede presentarse a lo largo del día.

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Diferentes tipos de bruxismo

Tipos de bruxismo

Generalmente, el bruxismo se clasifica en dos tipos, en función del momento del día en que ocurre: bruxismo diurno y bruxismo nocturno. Ambos comparten características similares en cuanto a los efectos que tienen sobre los dientes y la mandíbula.

Bruxismo diurno

El bruxismo diurno o de vigilia se caracteriza por el apretamiento y/o rechinamiento de los dientes durante el día. Por lo general, tiene su origen en emociones intensas como el estrés, la ansiedad, la ira o la frustración, las cuales llevan a la persona a apretar sus dientes como forma de contener dichos sentimientos. A menudo, las personas que presentan bruxismo diurno no son conscientes de que están apretando o rechinando sus dientes, especialmente en momentos de concentración intensa.

Bruxismo nocturno

El bruxismo nocturno o del sueño tiene lugar durante el sueño, por lo que las personas afectadas no son conscientes de su comportamiento. En muchas ocasiones, este tipo de bruxismo se manifiesta junto a otros trastornos nocturnos como los ronquidos o la apnea del sueño.

Causas y factores de riesgo del bruxismo

Las causas del bruxismo son multifactoriales y pueden variar considerablemente de una persona a otra. A menudo, este hábito involuntario es el resultado de una combinación de factores psicológicos, físicos y genéticos. A continuación, describimos la causas y factores de riesgo más comunes:

  1. Factores psicológicos

    Estrés y ansiedad: se consideran los principales factores desencadenantes del bruxismo. Las situaciones de estrés agudo o crónico pueden llevar a apretar y rechinar los dientes.
    Rabia y frustración: las emociones intensas que no son canalizadas también pueden causar bruxismo.
    Concentración intensa: algunas personas tienden a apretar o rechinar los dientes cuando están concentradas en tareas que requieren mucha atención.
  2. Factores físicos

    Trastornos del sueño: las personas con apnea del sueño o síndrome de las piernas inquietas pueden tener una mayor predisposición a presentar bruxismo nocturno.
    Sistema nervioso central: muchos estudios demuestran que el bruxismo nocturno está regulado centralmente, probablemente, a nivel del tronco del encéfalo. Por su parte, el bruxismo diurno puede depender de la dopamina prefrontal.
  3. Factores genéticos

    Predisposición familiar: el bruxismo tiene un fuerte componente hereditario. Por ello, las personas con familiares cercanos que padecen bruxismo tienen una mayor probabilidad de desarrollarlo.
  4. Factores de estilo de vida

    Medicamentos: el bruxismo puede ser un efecto secundario de algunos fármacos psiquiátricos, como los antidepresivos.
    Tabaco, alcohol, cafeína y drogas recreativas: el consumo de estas sustancias puede aumentar el riesgo de bruxismo.

Síntomas del bruxismo

Los síntomas más habituales que presentan las personas con bruxismo son los siguientes:

  • Dolor en la mandíbula y en los músculos de la masticación: la sensación de tensión y las molestias pueden extenderse hacia el cuello y los oídos.
  • Dolor de cabeza, especialmente por las mañanas al despertar.
  • Desgastes y fisuras en los dientes, fruto del apretamiento y rechinamiento constante.
  • Fracturas en los dientes.
  • Sensibilidad dental: el desgaste del esmalte provoca un aumento de la sensibilidad ante los estímulos calientes, fríos o dulces.
  • Sonidos nocturnos fruto del rechinamiento o apretamiento de los dientes.
  • Trastornos del sueño: interrupciones en el sueño o baja calidad de sueño.
  • Sensación de falta de descanso.
  • Cambios en el estado de ánimo, provocados por la falta de descanso.
  • Indentaciones en los bordes laterales de la lengua y la mucosa yugal.
Síntomas del bruxismo
Diagnóstico del bruxismo

Diagnóstico del bruxismo

Los principales pasos para diagnosticar el bruxismo son los siguientes:

  • Historia clínica: en primer lugar, el odontólogo recopila información sobre los síntomas, hábitos de sueño, nivel de estrés y cualquier otro factor de salud relevante. Asimismo, es fundamental recoger información sobre el uso de medicamentos, consumo de sustancias (alcohol, cafeína…) y antecedentes familiares de bruxismo.
  • Examen físico: el dentista examina la boca del paciente en busca de signos de desgaste, fracturas, dolor muscular o sensibilidad. Adicionalmente, el profesional evalúa la salud de las encías, la alineación de los dientes y la función de la mandíbula.
  • Polisomnografía (estudio del sueño): cuando se requiere una evaluación más detallada o cuando se sospecha que concurren otros trastornos del sueño (como la apnea) se puede recurrir a una polisomnografía. Esta prueba se realiza durante el sueño y sirve para monitorizar múltiples parámetros físicos (actividad muscular, actividad del cerebro, respiración…). Con todo ello, se puede diagnosticar el bruxismo nocturno de manera objetiva. Normalmente, la polisomnografía se realiza en centros especializados para hacer este tipo de pruebas.

Tratamiento del bruxismo

El tratamiento del bruxismo se centra en reducir el dolor, disminuir el apretamiento y rechinamiento de los dientes y prevenir el daño permanente en el esmalte dental. Por lo general, la férula de descarga es el tratamiento más habitual para el bruxismo.

Sin embargo, es fundamental estudiar el caso de cada paciente antes de proponer la solución más adecuada, ya que existen otras alternativas para tratar el bruxismo. De hecho, a menudo se requiere un enfoque multidisciplinar que incluye a dentistas, médicos, fisioterapeutas o psicólogos.

Férula de descarga

La férula de descarga es un dispositivo rígido fabricado con una resina transparente. Se coloca en la boca y actúa como una barrera física entre los dientes superiores e inferiores. De esta manera, el aparato los protege del desgaste y reduce la presión sobre la mandíbula.

La férula de descarga no detiene o cura el hábito de apretar y/o rechinar los dientes. No obstante, cuando está puesta evita el daño dental, relaja la mandíbula y reduce los ruidos propios del apretamiento o rechinamiento.

Infiltraciones con neuromoduladores

La infiltración con neuromoduladores es un tratamiento que ha ganado popularidad en los últimos años. Consiste en inyectar una sustancia que bloquea temporalmente las contracciones de los músculos de la mandíbula, las cuales causan el apretamiento y rechinamiento de los dientes. Normalmente, las infiltraciones con neuromoduladores deben repetirse entre una y dos veces al año para que ejerzan el efecto deseado.

Ortodoncia

Cuando el bruxismo está asociado a los problemas en la alineación de los dientes, puede ser necesario recurrir a un tratamiento de ortodoncia, ya sea con brackets o con alineadores invisibles.

Fisioterapia

La fisioterapia puede ayudar a reducir la tensión sobre los músculos de la masticación, lo que contribuye a aliviar los síntomas y mejorar la función de la mandíbula. Asimismo, el fisioterapeuta puede recomendar al paciente una serie de ejercicios para relajar y estirar los músculos de la mandíbula y mejorar la movilidad. Con todo ello, se reduce el dolor y la rigidez causados por el bruxismo.

Manejo del estrés y la ansiedad

A la hora de gestionar el estrés y la ansiedad se puede recurrir a distintos enfoques que promuevan la relajación. Entre ellos destacan la terapia psicológica, la actividad física (deporte, yoga…) y los cambios en el estilo de vida (meditación, técnicas de relajación, menor consumo de alcohol o cafeína, rutina de sueño…).

¿Qué precio tiene un tratamiento de bruxismo? 

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Preguntas frecuentes

¿Cómo evitar el bruxismo?

El bruxismo no se puede controlar y la única manera de hacer frente a sus efectos indeseados es mediante un tratamiento profesional (férula de descarga, infiltraciones con neuromoduladores, ortodoncia…). Dicho esto, es importante tener en cuenta que ninguno de estos tratamientos puede eliminar el hábito. El objetivo de dichas soluciones es frenar los efectos indeseados y reducir los factores de riesgo que desencadenan el bruxismo. 

¿Cómo saber si tengo bruxismo?

El odontólogo es el profesional más adecuado para diagnosticar el bruxismo. Por ello, ante los síntomas descritos previamente (dolor y rigidez de mandíbula, desgastes en los dientes…) es recomendable acudir a una clínica dental para que el odontólogo realice un estudio del caso.

¿Por qué es importante tratar el bruxismo?

Si no se trata, el bruxismo ocasiona unos daños cada vez mayores en los dientes y tiende a afectar al bienestar general de la persona (dolores, falta de descanso…). Por ello, conviene acudir al odontólogo ante la sospecha de bruxismo. 

Entre las principales consecuencias negativas que provoca el bruxismo destacan las siguientes:

  • Daño severo en los dientes: el desgaste continuado puede llevar a la necesidad de recurrir a determinados tratamientos dentales de relativa envergadura, como las coronas, los puentes, los implantes o las endodoncias.
  • Trastornos de la articulación temporomandibular (ATM ): los problemas en la articulación que conecta la mandíbula con el cráneo también son frecuentes en las personas que padecen bruxismo. Las principales consecuencias de estas alteraciones son el dolor, los chasquidos o el bloqueo al abrir o cerrar la boca.
  • Cambios en la apariencia facial: en casos severos, el cambio en la estructura dental puede alterar la apariencia de la sonrisa.

¿Qué diferencia hay entre el bruxismo nocturno y el diurno?

El bruxismo nocturno y el diurno son dos manifestaciones de la misma condición que se diferencian por el momento del día en que ocurren. 
 
Bruxismo nocturno: sucede durante el sueño, por lo que la persona no suele ser consciente de su condición. Está frecuentemente asociado con otros trastornos del sueño y muchos de sus síntomas se manifiestan con mayor intensidad al despertar (dolor de cabeza, rigidez en la mandíbula, molestias en los músculos faciales…). A menudo, es la persona que duerme en la misma cama quien detecta el bruxismo debido a los sonidos generados por el rechinamiento y/o apretamiento de dientes. El bruxismo nocturno puede requerir la realización de una polisomnografía para ser diagnosticado de manera precisa.
Bruxismo diurno: ocurre durante las horas de vigilia, sobre todo en situaciones de estrés, concentración o ansiedad. Por lo general, las personas que padecen bruxismo diurno suelen ser más conscientes de su comportamiento, aunque a veces solo se dan cuenta cuando alguien se lo dice.

 

Contenido supervisado por nuestro equipo médico

Filipa Nunes
Coordinadora médica

Filipa Nunes es coordinadora médica del área de Ortodoncia del Grupo Vitaldent. Se licenció en Medicina Dental por el Instituto Superior de Ciencias de la Salud en Lisboa (Portugal) y estudió un posgrado internacional en Odontología Integral en la Universidad de Nueva York (Estados Unidos). Además, cuenta con experiencia profesional como ortodoncista tanto en España como en Portugal.

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