La sensibilidad dental es un dolor repentino, breve e intenso que se desencadena ante determinados estímulos (frío, calor, dulce o ácido) o, incluso, ante el tacto del cepillo. Ocurre cuando la dentina queda expuesta y los estímulos llegan al interior del diente a través de los túbulos dentinarios que tiene, activando y provocando ese dolor intenso y repentino.
Existen una serie de síntomas que pueden servirnos para identificar este problema tan común. En concreto, las siguientes señales ayudan a detectar la hipersensibilidad dental:
Aparece al ingerir bebidas o alimentos fríos, calientes, dulces o ácidos. Asimismo, puede producirse al cepillar los dientes o al hacer una limpieza bucodental profesional.
Es repentina, intensa y punzante. Desaparece al retirar el estímulo.
Es importante distinguirla de otros dolores: si las molestias persisten sin estímulo, podría tratarse de otra patología, como una caries profunda. o una pulpitis (inflamación del nervio del diente), por ejemplo.
La dentina puede quedar expuesta por varios motivos. A continuación, te los detallamos.
El bruxismo es el hábito mediante el cual una persona aprieta o rechina los dientes de manera involuntaria. La continua tensión dental producida por el bruxismo puede provocar que el esmalte se desgaste y, con el tiempo, quede expuesta la dentina.
En este punto, resulta conveniente recordar que la dentina es una capa interna del diente, protegida por el esmalte. Esta capa cuenta con una gran sensibilidad, por lo que cuando queda desprotegida por el esmalte provoca las molestias al frío, el calor o los dulces.
Un cepillado de dientes agresivo provoca que la encía se retraiga. Y, cuando la encía se retrae, esta deja al descubierto la raíz del diente (una zona especialmente sensible).
Hay muchas personas que llevan a cabo un cepillado muy enérgico porque consideran que, de esa manera, la limpieza de sus dientes será más eficaz y profunda.
Sin embargo, esto no es así. De hecho, podríamos decir que cepillar los dientes se asemeja a barrer; y barrer más fuerte no garantiza una limpieza mejor.
Con el objetivo de evitar un cepillado de dientes muy agresivo, es recomendable utilizar una técnica adecuada y cepillos de cerdas suaves.
También es posible que la sensibilidad aparezca tras un tratamiento odontológico, como una higiene bucodental profesional, un empaste o un blanqueamiento dental.
En este caso, solemos hablar de una hipersensibilidad transitoria que dura unos pocos días o semanas y que remite con productos desensibilizantes.
Hay determinados dentífricos que resultan muy abrasivos y que pueden deteriorar la capa protectora del diente, como las pastas blanqueadoras que cuentan con partículas como el carbón activado. Si la dentina queda desprotegida, aparecerá la sensibilidad.
Para evitar que los productos que utilizamos durante el cepillado puedan perjudicarnos, es esencial consultar con el dentista.
Hay determinados alimentos y bebidas que pueden dañar el esmalte dental y la dentina. Algunos ejemplos serían los siguientes:
Para evitar que los ácidos de este tipo de alimentos y bebidas perjudiquen el esmalte, no te cepilles los dientes inmediatamente después de haberlos ingerido, sino al cabo de media hora. Si te cepillas justo después, la erosión se acelera, debido a la acción de los ácidos en el esmalte.
Cuando la higiene oral no es tan exhaustiva como debería, se van acumulando bacterias en los dientes y encías de manera progresiva. Así, se forma la placa bacteriana, aparece el sarro y pueden desarrollarse enfermedades periodontales: gingivitis y periodontitis.
Si no se trata, la periodontitis provoca recesión de encías y exposición de la raíz, lo que dispara la sensibilidad.
Con los años es habitual acumular desgastes y recesiones leves, fruto del deterioro normal de dientes y encías. Sin embargo, no se debe normalizar vivir con dolor debido al envejecimiento, ya que hay soluciones para proteger la dentina y la raíz dental.
Cada día, nuestros odontólogos tratan a multitud de pacientes con dientes sensibles. En la mayoría de los casos, este problema puede resolverse. A continuación, vamos a centrarnos en los tratamientos para la sensibilidad que se llevan a cabo en la clínica dental.
Uno de los principales tratamientos para la sensibilidad dental es la fluorización, que consiste en la aplicación de fluoruro sobre los dientes, lo que ayuda a sellar los túbulos dentinarios y reforzar el esmalte. En consulta, el flúor se puede aplicar en gel o barniz.
En el caso de estar ante una pérdida de tejido gingival (encía), se puede extraer una pequeña cantidad de tejido de otra parte de la boca (como el paladar) y adherirla a la zona que presenta la retracción. El injerto de encía ayuda, por tanto, a cubrir la zona y proteger las raíces dentales expuestas.
En este punto, si la sensibilidad se debe a una causa subyacente -como el desgaste provocado por el bruxismo o una retracción de encías- es fundamental tratar ese origen para que las molestias no reaparezcan. Es decir, no se podrá acabar con la sensibilidad dental si no se trata adecuadamente la causa que la ha provocado.
A continuación, te detallamos los tratamientos para la sensibilidad dental que se llevan a cabo en el domicilio del paciente. Se basan en una serie de hábitos que potencian el efecto de la consulta y, en cuadros leves, pueden ser suficientes.
y de dentro hacia afuera. Evita frotar horizontalmente.
Utiliza un cepillo de dientes con cerdas suaves.
hazlo tres veces al día, después de cada una de las comidas principales.
espera 30 minutos.
que contengan ingredientes como nitrato potásico, fluoruro estañoso o arginina.
Reduce la ingesta de ácidos (refrescos, bebidas energéticas…).
una revisión y una limpieza profesional con la frecuencia pautada ayudan a evaluar el estado de dientes, encías y placa bacteriana.
Si buscas un tratamiento para la sensibilidad dental, lo más recomendable es que acudas a una de nuestras clínicas para pedir consejo al dentista. Este podrá facilitarte indicaciones más precisas y efectivas para tu caso concreto.
Eva Lago es coordinadora médica del área de Periodoncia y Endodoncia de Donte Group. Se graduó en Odontología por la Universidad Europea de Madrid y destaca por su amplia experiencia clínica en el campo de la Periodoncia y la Endodoncia, así como por su formación en áreas estrechamente relacionadas, como la implantología. De hecho, su formación incluye un Máster en Implantología Avanzada por la Universidad de Sevilla. Además, es profesora en la Universidad Alfonso X El Sabio y asistente habitual a congresos nacionales, como los de la Asociación Española de Endodoncia (AEDE), la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) y la Sociedad Española de Implantes (SEI).
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