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7 min de lectura
Revisado por la Dirección Médica
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La mandíbula es uno de los huesos clave de la boca. Su buen funcionamiento y su correcta posición permiten llevar a cabo una masticación adecuada y asegurar buena parte de la salud oral. 

La articulación de la mandíbula, conocida también como articulación temporomandibular (ATM), suele ser una de las zonas que más sufre la sobrecarga de estrés diario, ocasionando así problemas bucodentales. 

La tensión en la mandíbula puede ser provocada por diversas causas como estrés, ansiedad o inflamación, entre otras. Esta tensión puede manifestarse de manera puntual o gradualmente, perdurando incluso durante largos periodos. Y, a veces, también puede presentarse con dolor mandibular.

¿Qué es la articulación temporomandibular o ATM?

La articulación temporomandibular (ATM) es aquella que está formada por el hueso temporal del cráneo y la parte superior de la mandíbula. Existen dos articulaciones que actúan simultáneamente, una a cada lado de la cabeza.

La ATM abarca dos superficies cartilaginosas cubiertas por una cápsula articular fibrosa y una membrana sinovial (tejido que cubre la parte interna de las articulaciones móviles). Esta cápsula presenta una cara lateral más gruesa, conocida como ligamento temporomandibular, el cual impide que el cóndilo mandibular (protuberancia redondeada de la mandíbula) se desplace demasiado hacia atrás y hacia abajo. Dicho ligamento se encarga también de proporcionar rigidez al movimiento lateral.

Si la ATM no funciona adecuadamente, puede ocasionar dolores en cabeza, cuello, mentón u oídos.

La articulación temporomandibular permite realizar diversos movimientos en todos sus ejes: movimientos de lateralidad, de apertura y cierre (descenso y elevación), y de protrusión y retrusión (hacia adelante y hacia atrás). 

En algunos casos, al igual que el resto de articulaciones, la ATM puede inflamarse, fracturarse y causar dolor, afectando tanto a la articulación como a los músculos circundantes. Normalmente, este dolor suele ser temporal y puede tratarse con algunos ejercicios y combinación de frío y calor.

¿Qué es el síndrome de tensión temporomandibular?

El síndrome de tensión temporomandibular o síndrome de Costen es un trastorno de la articulación temporomandibular, que afecta tanto a la articulación como a los nervios y músculos contiguos.

Existen varios tipos de alteraciones de la ATM:

  • Dolor miofascial: el dolor se produce en los músculos que controlan la mandíbula y suele originar ciertas anomalías en los movimientos mandibulares. Este trastorno suele estar ocasionado por cansancio, tensión o espasmos en los músculos masticatorios (masetero, temporal, y los pterigoideos lateral y medial).
  • Alteraciones inflamatorias y degenerativas: estos cambios degenerativos en las articulaciones suelen ir seguidos de debilidad, inflamación y dolor.
  • Asimetría interna: se debe al desplazamiento de un disco (cartílago que sirve de amortiguador entre los huesos de la articulación), traumatismos de cóndilo, una mandíbula dislocada o una mala alineación. Suele caracterizarse por chasquidos al realizar movimientos y un dolor articular localizado.

Estas alteraciones se pueden detectar acudiendo a un especialista, el cual se encargará de palpar directamente sobre la zona y realizar las pruebas que sean necesarias. Suele ser fácilmente detectable, ya que la mandíbula tiende a presentar cierta desviación. 

El síndrome de Costen lo padece un 80% de la población, siendo más frecuente en mujeres de entre treinta y cincuenta años. No obstante, en casos excepcionales, se puede dar incluso en bebés, debido a que nacen con ciertas anomalías en la articulación temporomandibular.

¿Cuáles son las causas que provocan tensión en la mandíbula?

Las causas del síndrome temporomandibular o síndrome de Costen siguen estudiándose a día de hoy, ya que no se ha podido establecer el origen exacto.

No obstante, se apunta a que el estrés sea una de las razones más significativas. Esto se debe a que las personas que sufren estrés tienden a apretar la mandíbula, lo cual genera dolor en diferentes partes de la cara, debido a la tensión que se ejerce en los músculos circundantes a la articulación.

También el bruxismo se encuentra dentro de una de las principales causas, normalmente consecuencia del estrés y la ansiedad.

En resumen, son diversas las causas que provocan tensión en la mandíbula:

  • Una ortodoncia inadecuada o una maloclusión: ocasionada por una mala alineación de los dientes.
  • Artritis reumatoide: un trastorno autoinmune crónico que provoca la inflamación de las articulaciones.
  • Estrés, ansiedad y problemas emocionales: pueden dar lugar al bruxismo.
  • Lesiones por fuertes traumatismos: pudiendo ocasionar desgarros o fracturas en la articulación.
  • Enfermedades infecciosas como el tétanos: provoca contracciones musculares en la mandíbula y en el cuello, debido a las toxinas que causa la bacteria Clostridium tetani
  • Osteoartritis: una enfermedad crónica que afecta, sobre todo, a las articulaciones.
  • Desórdenes del desarrollo y congénitos: los cuales pueden derivar en hipoplasia (órgano o tejido poco desarrollado), hiperplasia (aumento del tamaño de un tejido u órgano) o aplasia (ausencia total de un órgano o tejido).
  • Bruxismo: la acción de rechinar o apretar los dientes de manera inconsciente, tanto despierto como dormido. Este acto puede ser consecuencia de ansiedad o estrés crónicos. Aunque también puede deberse a ciertos trastornos del sistema nervioso y medicamentos.

¿Cuáles son los síntomas de la tensión mandibular?

Una articulación temporomandibular tensa no permite realizar ciertos movimientos en su totalidad o puede causar chasquidos meniscales al realizarlos. Hoy en día, esta patología es cada vez más común, debido al alto grado de estrés que sufrimos. 

Este trastorno se caracteriza por tener un amplio abanico de síntomas, entre los cuales se pueden encontrar los siguientes:

  • Otalgia: dolor de oídos, en uno solo o en ambos.
  • Dificultades o molestias al hablar, morder o masticar.
  • Dolor facial o dolor periarticular (alrededor de la articulación).
  • Chasquidos al realizar los movimientos de la mandíbula.
  • Cefaleas y dolor de cuello.
  • Espasmos musculares en la mandíbula y sus alrededores.
  • Rigidez en los maxilares.
  • Alteraciones en la mordida.
  • Dientes desgastados y sensibles.
  • Acúfenos: percepción de ruidos, zumbidos o pitidos en los oídos.
  • Sensación de picor y congestión en el conducto auditivo.
  • Sequedad de la boca o picor de garganta.
  • Inflamación de la articulación y adormecimiento de la piel facial.
  • Dolores crónicos en espalda y cervicales.
Ejercicios para relajar la mandíbula

¿Cómo aliviar la tensión en la mandíbula?

En caso de sentir cualquier síntoma de tensión en la mandíbula, la mejor opción es acudir a un especialista y seguir sus recomendaciones. Él será quien determine las causas y nos aconseje, en caso de ser necesario, el tratamiento adecuado. 

Sin embargo, hay algunos consejos y ejercicios que podemos seguir para relajar la mandíbula:

  • Estiramientos de la mandíbula: con el músculo de la mandíbula relajado, apoyamos la punta de la lengua justo detrás de los dientes superiores y bajamos la mandíbula inferior, separando así los dientes inferiores de los superiores.
  • Ejercicios goldfish (apertura parcial): presionando la lengua contra el paladar, colocamos el dedo índice en la barbilla y otro en la ATM, bajamos la mandíbula inferior lo máximo posible y cerramos la boca.
  • Resistencia al abrir la boca: colocamos el pulgar debajo del mentón y el índice en la parte anterior del mentón. Abrimos la boca lentamente y, a la vez, vamos empujando contra la barbilla suavemente, haciendo resistencia. Mantenemos esta posición durante unos segundos y cerramos la boca paulatinamente.
  • Masajes para el bruxismo: realizamos masajes circulares, lentamente, con la yema de los dedos en la zona de la sien y delante de la oreja. Tras ello, abre y cierra la boca con cuidado para estirar la mandíbula.
  • Ejercicios para no apretar los dientes: aprieta la mandíbula con mucha fuerza durante 8-10 segundos. Tras esto, relaja los músculos y mueve la mandíbula suavemente de izquierda a derecha. Repite el ejercicio las veces que sean necesarias hasta que notes cómo disminuye la tensión.
  • Estiramiento de las cervicales: doblamos el cuello, llevando la oreja hacia el hombro. Debemos mantenerla en esa posición durante unos segundos y repetimos el ejercicio hacia ambos lados, izquierda y derecha.
  • Cambios en la dieta: llevar a cabo una dieta blanda, ya que ejercemos menos presión sobre la mandíbula. Debemos evitar alimentos duros o masticar chicles, así como cualquier bebida excitante.
  • Combinaciones de frío y calor: podemos aplicar compresas frías o calor húmedo.
  • Férulas de descarga: deben ser recomendadas por un especialista. Se trata de un dispositivo rígido de plástico, confeccionado totalmente a medida, el cual se coloca sobre una de las arcadas dentarias. Sirve para mejorar la posición de la mandíbula, problemas de mordida y evitar el contacto entre los dientes superiores e inferiores (lo que ocasiona los desgastes).
  • Medicación: también puedes consultar con tu dentista qué tomar para relajar la mandíbula. Existen determinados analgésicos o relajantes que te van a ayudar a combatir el dolor.

Conclusiones

La articulación temporomandibular (ATM) es la articulación encargada de unir la parte superior de la mandíbula con los huesos temporales del cráneo, por eso encontramos una a cada lado de la cabeza.

Cada una de ellas está formada por músculos, ligamentos, vasos sanguíneos, un disco articular, nervios y dientes. Al ser una de las articulaciones más usadas y debido a la complejidad de movimientos que lleva a cabo, en ocasiones, puede presentar ciertos problemas. 

Uno de los problemas más comunes suele ser la tensión mandibular, conocido también como síndrome de Costen o síndrome de tensión temporomandibular. Es una patología que afecta tanto a la articulación como a los músculos y nervios adyacentes.

A día de hoy, no se sabe exactamente el origen de este síndrome, pero algunos estudios apuntan a la sobrecarga de estrés diario que sufre dicha articulación. No obstante, la tensión mandibular puede ser provocada también por diversos problemas emocionales o ansiedad y presentarse también con dolor en la mandíbula.

Entre los síntomas más frecuentes de la tensión mandibular encontramos cefaleas, dolor de oídos y dientes, chasquidos en la mandíbula y molestias al masticar o morder, entre otros. En caso de tener alguno de estos síntomas, no dudes en ponerte en contacto con un especialista en tu clínica más cercana. Ellos te ayudarán a solucionar el problema y pautar un tratamiento, en caso de que sea necesario.

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