El composite es uno de los materiales más utilizados en Odontología. Esto se debe a que, como comprobaremos a lo largo de este artículo, aporta numerosas ventajas a los pacientes. Entre otras cosas, el uso del composite dental permite devolver tanto la salud como la estética a un diente.
¿Qué es el composite dental?
El composite dental -también conocido como resina compuesta– es un material sintético que se utiliza para reparar dientes dañados, principalmente debido a caries y traumatismos, y mejorar la estética de la sonrisa.
El composite es un material integrado por diversos componentes, concretamente una matriz de resina sintética y un relleno de partículas de vidrio o cerámica. La principal propiedad de dichos componentes es que se unen tras exponerlos a una luz especial, la cual se aplica a través de una lámpara de polimerización.
Como resultado de esta reacción, la resina se adhiere al diente y se endurece, lo que permite crear una unión muy sólida y dar una buena estabilidad al tratamiento dental.
¿Cuándo se utiliza el composite dental?
Como ya hemos avanzado, el composite dental se utiliza para reparar dientes dañados, principalmente debido a caries y traumatismos, y mejorar la estética de la sonrisa. Los principales casos en los que se emplea son los siguientes:
- Caries: hoy en día, el composite es el material más utilizado para reconstruir los dientes afectados por la caries. Por lo tanto, se utiliza tras haber realizado un empaste o una endodoncia.
- Traumatismos: el composite también se usa para reconstruir dientes rotos debido a golpes. En este caso, el composite solo suele estar indicado para pequeñas fracturas.
- Defectos estéticos: por último, el composite dental también se utiliza para confeccionar carillas y corregir ligeros defectos que afectan a la apariencia de los dientes. Por ejemplo, se puede emplear para cerrar diastemas (pequeños espacios entre los dientes), mejorar la forma de los dientes, aumentar su tamaño o aclarar su color.
Ventajas del composite dental
Las principales ventajas por las que el composite dental se ha convertido en uno de los materiales más utilizados en Odontología son las siguientes:
- Resistencia y durabilidad: una vez que se endurece mediante la lámpara de polimerización, el composite adquiere una consistencia muy sólida y estable que permite aportar una gran resistencia y durabilidad al tratamiento dental. Entre otras cosas, el composite destaca por ser muy resistente al desgaste y a los cambios de temperatura.
- Adherencia: el composite es un material que se adhiere muy bien a la superficie del diente, lo cual permite aportar durabilidad y resistencia al tratamiento.
- Naturalidad y estética: el composite puede imitar infinidad de tonos, por lo que se adapta muy bien al color natural de los dientes del paciente. Por tanto, las restauraciones con composite pueden pasar inadvertidas ante los ojos de los demás.
- Biocompatibilidad: otra de las ventajas del composite dental es que es compatible con el organismo. Por este motivo, la intolerancia o sensibilidad al material es infrecuente.
- Mínima invasión: el composite es un material mínimamente invasivo, ya que se aplica directamente sobre los dientes, sin necesidad de tallarlos o de reducir gran parte de su estructura.
- Versatilidad: otro de los grandes beneficios del composite dental es que es muy versátil, ya que se utiliza en una gran cantidad de casos (caries, fracturas o mejoras estéticas de diversa índole).
- Sin mercurio: por último, la utilización del composite ha dejado en desuso las antiguas amalgamas de plata, el material más utilizado durante varias décadas para hacer empastes. Sin embargo, su contenido en mercurio suponía un motivo de preocupación para algunos pacientes y resultaba muy antiestético debido a su característico color grisáceo.
¿Cómo se coloca el composite dental?
El procedimiento para colocar el composite dental puede variar en función del caso de cada paciente, su ubicación y tamaño. En cualquier caso, a continuación te detallamos el proceso que solemos seguir en nuestras clínicas para colocar el composite dental:
- Anestesia local: en función de cuál sea el tratamiento que se va a realizar, puede ser necesario anestesiar al paciente antes para minimizar el dolor y la incomodidad durante el procedimiento.
- Limpieza del diente: a continuación, el dentista limpia el diente para eliminar cualquier residuo superficial que pueda entorpecer el tratamiento.
- Aislamiento del diente: posteriormente, el diente sobre el que se va a colocar el composite se aísla del resto mediante un dique de goma. De esta manera, la pieza dental se mantiene seca y libre de saliva o bacterias durante todo el proceso.
- Procedimiento previo: en algunos casos, es necesario llevar a cabo un procedimiento previo antes de colocar el composite dental. Por ejemplo: retirar una caries.
- Aplicación del adhesivo: para colocar el composite es necesario aplicar previamente un producto adhesivo, el cual permite fijar la resina a la superficie dental.
- Colocación del composite: el siguiente paso consiste en aplicar el composite capa por capa. De esta manera, cada capa es moldeada y esculpida para adaptarse a la forma y tamaño del diente.
- Aplicación de luz: tras aplicar el composite se utiliza una luz especial (generalmente mediante una lámpara de luz LED) para endurecer el composite y crear una unión firme entre este y la superficie dental.
- Pulido del composite: una vez aplicado y secado el composite, el dentista realiza un ligero pulido para aportarle el acabado y brillo final al diente.
- Prueba de mordida: por último, se hace una prueba de oclusión para verificar que la aplicación del composite no interfiere con la mordida normal del paciente.
El composite dental se utiliza para reparar dientes dañados, principalmente debido a caries y traumatismos, y mejorar la estética de la sonrisa.
¿Cuánto tiempo dura el composite dental?
En general, el composite dental está pensado para durar entre tres y cinco años, en función del uso que reciba. Es decir, esta es una estimación orientativa que puede variar significativamente de un caso a otro. Por ejemplo, la durabilidad del composite dental depende de varios factores, entre los que destacan los hábitos de cada paciente: higiene dental, tabaquismo, alimentación (ácidos y azúcares), revisiones con el dentista, etc.
En este punto, es fundamental tener en cuenta que, aunque el composite sea un material duradero, requiere ser reemplazado cada cierto tiempo. Además, si no se mantienen los cuidados adecuados, es posible que dure menos tiempo del que te hemos indicado.
Si tienes alguna duda más sobre cuánto dura el composite dental o sobre cualquier otro aspecto relacionado con este material, te animamos a solicitar una primera visita gratuita con nuestros dentistas.