¿Has oído hablar de las aftas y los ganglios inflamados? En este post descubrirás qué son estas ulceraciones bucales, por qué aparecen y cuándo hay que acudir al odontólogo. Además, algunos consejos te pueden ayudar a prevenirlas si sufres con frecuencia este doloroso problema oral.
¿Qué son las aftas bucales?
Las aftas bucales son lesiones muy molestas o incluso dolorosas que aparecen en la membrana de la mucosa oral.
Las aftas bucales suelen ubicarse en el interior de las mejillas o los labios. Sin embargo, también aparecen, en menor medida, en las encías, el paladar o la lengua.
Estas pequeñas heridas tienen la apariencia de una mancha de color blanco o rojo y pueden surgir de manera individual o en grupos. Se caracterizan por estar un poco hundidas y tienen unos bordes rojizos y elevados. Su tamaño oscila entre varios milímetros y hasta tres centímetros de anchura.
Las aftas orales son más frecuentes en mujeres que en hombres, y suelen aparecer por primera vez en la adolescencia o en la juventud. Según los expertos, afectan a una de cada diez personas de manera aproximada, aunque es difícil establecer una cifra porque en la mayoría de los casos las personas no buscan tratamiento.
Tipos de aftas
Existen tres tipos de aftas bucales según su tamaño, características y frecuencia:
- Aftas menores: son las más comunes y se caracterizan por un tamaño pequeño, de menos de un centímetro. Son dolorosas, pero no presentan gravedad. Desaparecen de manera natural después de una o dos semanas.
- Aftas mayores: tienen una anchura de más de un centímetro. Se ubican en la parte posterior de la boca y ocasionan mucho dolor y dificultad al comer, beber y hablar. Su curación puede tardar varias semanas y es posible que dejen cicatrices.
- Estomatitis aftosa recurrente: múltiples lesiones, pequeñas o grandes, en diferentes zonas de la boca. Puede ser un trastorno recurrente.
¿Cuáles son las causas de las aftas bucales?
No se conoce la causa de las aftas orales. Se sospecha de un componente hereditario y varios factores que influyen en su aparición:
- Estrés.
- Cambios hormonales.
- Infecciones.
- Sistema inmunitario debilitado debido al mismo estrés, a algunas enfermedades (como VIH), fármacos (quimioterapia, radioterapia…), etc.
- Deficiencias nutricionales: hierro o vitamina B.
- Alergias alimentarias.
- Traumatismos localizados (como una mordedura).
¿Pueden indicar algún problema de salud?
En algunos casos, las aftas bucales pueden ser síntoma de alguna enfermedad, aunque no es común. Las lesiones en la boca pueden relacionarse con patologías autoinmunes (como el lupus eritematoso sistémico), trastornos hemorrágicos (problemas de coagulación) o cáncer.
¿Cuáles son los síntomas de las aftas orales?
Aunque tienen un aspecto muy característico, las aftas en la boca pueden ir acompañadas de estos síntomas:
- Ardor, picazón, irritación o dolor en la zona de la lesión.
- Sensibilidad al calor o al frío.
- Incomodidad al comer o incluso al hablar.
- En algunos casos pueden afectar a otros tejidos del cuerpo, por ejemplo, al tracto gastrointestinal.
- Pueden dejar cicatrices.
Aftas y ganglios inflamados
Aunque no es una situación frecuente, las heridas bucales pueden infectarse por causa de las bacterias presentes en la cavidad oral. Algunos síntomas como la fiebre leve o moderada, los ganglios linfáticos inflamados o la sensación de malestar general pueden dar pistas de esta complicación. No dudes en acudir a tu odontólogo para examinar las lesiones.
Tratamiento de las aftas bucales
En general, las aftas se curan de manera espontánea sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, hay personas que las sufren con frecuencia o que pueden padecer bastante dolor por su ubicación o tamaño. En todo caso, es recomendable acudir al odontólogo en estas situaciones, o bien cuando aparecen otras molestias orales como, por ejemplo, mal aliento o ganglios linfáticos inflamados.
El odontólogo puede recomendarte un enjuague bucal o colutorio para aliviar el dolor y acelerar la curación de las ulceraciones bucales, sobre todo si las sufres con frecuencia. También pueden ser útiles algunos enjuagues naturales, como agua con sal.
Por último, existen algunos fármacos que alivian el dolor en la zona y se aplican de manera tópica sobre la herida: benzocaína, fluocinonida o peróxido de hidrógeno.
Si tienes una lesión en la boca que dure más de dos semanas, empeora o presenta otros síntomas, debes acudir al odontólogo para recibir un diagnóstico personalizado.
¿Se pueden prevenir las aftas en la boca?
Ahora que ya conoces los factores que influyen en la aparición de las aftas bucales, la mejor manera de prevenirlas consiste en combatir estos condicionantes. Si sufres estrés, acude a un profesional que te ayude a equilibrar el sistema nervioso mediante técnicas de respiración, ejercicio, terapias, etc.
Además, ten en cuenta tu alimentación para que sea lo más equilibrada posible. Si sufres deficiencias nutricionales, es recomendable que acudas al médico y te realices los análisis pertinentes. Podría ayudarte la suplementación temporal con ácido fólico, complejo B o zinc.
Ante las primeras molestias, evita todas las sustancias que puedan empeorar la lesión:
- Bebidas alcohólicas y gaseosas.
- Alimentos calientes, picantes o ácidos.
- Alimentos duros.
Por último, mantener una higiene oral correcta es siempre indispensable para prevenir cualquier problema bucodental. Cepíllate los dientes después de cada comida, incluso la lengua; pásate el hilo dental una vez al día y no dudes en usar un colutorio si crees que lo necesitas.
¿Te preocupa que puedas tener aftas y ganglios inflamados? ¿Tienes una herida en la boca que dura más de diez días? ¿Tienes otras molestias inesperadas? Acude a tu clínica más cercana de Vitaldent para prevenir a tiempo cualquier complicación oral.