Dr. Rafael Alvarado Dr. Rafael Alvarado
4 min de lectura
Revisado por la Comisión Médica
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Las muelas del juicio -también llamadas terceros molares o cordales– son las últimas piezas dentales en erupcionar. Normalmente, lo hacen cuando el resto de dientes ya se encuentran en la boca.

Este hecho puede generar diversos problemas en el proceso de erupción y, por ello, en nuestras clínicas dentales tratamos habitualmente pacientes que tienen una muela del juicio infectada.

Las muelas del juicio y su evolución

Los seres humanos tenemos tres molares superiores y tres molares inferiores en cada lado de nuestra boca. Los primeros dos son fundamentales para la masticación, mientras que el tercer molar (la muela del juicio) no lo es tanto.

Los cordales ocupan la última posición en la dentadura y suelen erupcionar entre los 18 y los 35 años, aunque también puede darse la circunstancia de que salgan pasados los 35 años o de que, incluso, no erupcionen nunca.

Las muelas del juicio no ejercen un papel fundamental en la masticación y, en muchas ocasiones, no tienen espacio para erupcionar correctamente en nuestra boca.

Hace millones de años el ser humano comía alimentos crudos y duros, por lo que necesitaba una mandíbula fuerte y con muchos dientes. Hoy en día, nuestra alimentación es más blanda, por lo que la necesidad vital de contar con una mandíbula robusta ha desaparecido.

A lo largo de la historia, nuestro organismo, y también la boca, se ha ido adaptando a las diferentes necesidades de los seres humanos. Como los huesos maxilares ya no ejercen tanta fuerza, se ha ido reduciendo progresivamente su tamaño. Debido a esto, también tenemos menos espacio para albergar los dientes. Todo ello puede acabar provocando la desaparición de la muela del juicio.

¿Por qué se infectan las muelas del juicio?

Las principales causas por las que se infectan las muelas del juicio son dos: la falta de espacio en la boca y una orientación incorrecta del diente. Ambas situaciones generan dificultades en el proceso de erupción, lo que se conoce con el nombre de “disodontiasis”.

Una muela del juicio que no puede erupcionar correctamente ejerce presión sobre otros dientes y sus estructuras (como los nervios). Esto provoca dolor, inflamación e infección.

Además, hay que tener en cuenta que, debido a su posición al final de la boca, las muelas del juicio tienen un mayor riesgo de infección. Esto se debe a que resulta más difícil acceder a ellas con el cepillo de dientes.  Por ello, una muela del juicio infectada también puede deberse a la presencia de una caries o de una pericoronaritis.

¿Qué problemas puede provocar una muela del juicio infectada?

Las complicaciones más habituales que suelen ocasionar las muelas del juicio infectadas son las siguientes:

  • Inflamación y enrojecimiento: se presenta en la zona de la encía próxima al molar infectado. Si la infección se vuelve más severa, la inflamación puede extenderse a la cara y el cuello.
  • Absceso dental: una muela del juicio infectada puede provocar un absceso dental, que es una bolsa de pus que se forma alrededor del cordal afectado. El absceso es doloroso y requiere tratamiento por parte del dentista, ya que no suele curarse solo.
  • Dolor: puede ser espontáneo o al contacto (al cepillar los dientes, al comer…). Además, las molestias pueden ser constantes o intermitentes.
  • Sangrado al tocar la zona donde se encuentra la infección.
  • Infecciones más graves: aunque es poco frecuente, una infección que empieza en una muela del juicio puede extenderse a otras partes del cuerpo. Esta es una complicación potencialmente mortal, por lo que es conveniente tratar las muelas del juicio infectadas cuanto antes.

¿Qué hacer con una muela del juicio infectada?

En la mayoría de los casos, el dentista recomienda la extracción de una muela del juicio infectada. Esto se debe a que la muela del juicio infectada provoca mucha sintomatología al paciente (dolor, inflamación, abscesos…) y es potencialmente grave.

Además, los cordales no ejercen un papel central en el proceso de masticación. Si a esto le sumamos que son los dientes más propensos, en general, a sufrir infecciones (caries, pericoronaritis…) puede resultar conveniente prescindir de ellos cuando ocasionan complicaciones.

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¿Cómo se realiza la extracción de una muela del juicio infectada?

En primer lugar, antes de extraer una muela del juicio infectada es necesario pautar un tratamiento al paciente para controlar la infección en curso.

En lo que respecta a la extracción, podemos estar ante una muela del juicio que ha erupcionado por completo o una que se encuentre parcialmente dentro de la encía. En función de estas circunstancias, la cirugía podrá tener una duración de entre media hora y una hora, aproximadamente. En cualquiera de los casos, se administra anestesia local al paciente.

En principio, la extracción de una muela del juicio infectada es una cirugía sencilla, siempre y cuando la realice un profesional cualificado y experimentado.

Aun así, tras la intervención será necesario que el paciente cumpla con una serie de instrucciones postoperatorias que le ofrecerá el dentista (alimentación, higiene, medicación analgésica y antiinflamatoria, etc.).

Unos días después de la extracción, el odontólogo podrá planificar una visita de revisión para comprobar que la recuperación transcurre según lo previsto.

¿A qué edad se tienen que extraer las muelas del juicio infectadas?

No existe una edad concreta que sea más adecuada para extraer una muela del juicio infectada. En general, podemos decir que la indicación es realizar la extracción de los cordales tan pronto como empiezan a provocar complicaciones.

Si estás ante este caso, o crees que puedes tener una muela del juicio infectada, te aconsejamos acudir a una primera consulta en las clínicas dentales Vitaldent. En una revisión gratuita podrás saber si necesitamos extraer la muela o no.

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Dr. Rafael Alvarado
Dr. Rafael Alvarado
Rafael Alvarado es coordinador médico del área de Cirugía e Implantología de Donte Group. Es licenciado en Odontología por la Universidad Complutense de Madrid, y máster en Cirugía, Periodoncia y Rehabilitación en Implantología por la Universidad Católica San Antonio de Murcia. Está formado en nuevas tecnologías en cirugía oral, donde ha desarrollado técnicas destinadas a ofrecer tratamientos más predecibles y mejorar la calidad asistencial. Ha desempeñado labores de coordinación médica en multinacionales del sector dental, liderando grandes equipos médicos, asesorando y resolviendo casos complejos, desarrollando protocolos de actuación y formando a más de un millar de odontólogos.