Dra. Miriam Alexandre Dra. Miriam Alexandre
9 min de lectura
Revisado por la Dirección Médica
Dra. Miriam Alexandre Dra. Miriam Alexandre
9 min de lectura
Revisado por la Dirección Médica

La corona dental surge para dar solución a un diente que está dañado, debilitado o deteriorado, por el motivo que sea. Pero, además, las coronas se utilizan cuando el paciente ha perdido alguno de sus dientes naturales.

Dada la variedad de situaciones en las que se puede recurrir a ellas, las coronas son uno de los tratamientos más habituales en nuestras clínicas dentales.

Por ello, en este artículo vamos a contarte, entre otras cosas, para qué sirve una corona dental, cuándo se debe colocar y cuánto tiempo dura.

Puntos clave

  • Las coronas dentales son prótesis fijas que se utilizan para reemplazar dientes dañados o ausentes.
  • Pueden ser de metal-porcelana (resistentes pero menos estéticas), porcelana (estéticas pero menos resistentes) o zirconio (combinan ambas ventajas).
  • Se necesitan para reforzar dientes dañados (por golpes o tratamientos de endodoncia) y para fijarse a implantes dentales.
  • El proceso incluye preparar el diente, tomar impresiones, fabricar la corona en el laboratorio y colocarla.
  • Con un cuidado adecuado, las coronas son un tratamiento pensado para durar a largo plazo.

¿Qué es una corona dental?

Una corona dental -también llamada coloquialmente funda– es una prótesis fija y fabricada a medida del paciente que sirve para sustituir un diente dañado o perdido. Por tanto, la corona se puede colocar sobre una pieza dental natural debilitada o sobre un implante dental.

En cualquiera de los casos, la corona tiene como objetivo emular el diente natural del paciente para devolverle la funcionalidad y estética perdidas.

Tipos de coronas dentales

En función del material con el que están fabricadas, podemos distinguir varios tipos de coronas dentales. Algunas de las más utilizadas hoy en día son las siguientes:

Coronas de metal-porcelana

Estas coronas están fabricadas con metal y recubiertas de porcelana. Es decir, combinan un núcleo metálico con una capa externa de porcelana para dar el color y la forma del diente. Aunque son muy resistentes (debido a su estructura metálica) suelen ser menos estéticas que otros tipos de coronas dentales.

Sin embargo, el hecho de que sean más o menos estéticas depende de la habilidad del protésico y del uso que haga de la cerámica para colocarla sobre el metal. Por ejemplo, puede darse la posibilidad de que, con el paso del tiempo, el metal quede al descubierto, lo que le daría a las coronas un aspecto grisáceo antiestético.

Por todo ello, en muchos casos, este tipo de coronas solo se usan para sustituir dientes posteriores que, al encontrarse en la parte trasera de la boca, no son visibles al sonreír. Es decir, se utilizan especialmente en molares con alta carga masticatoria. Además de la resistencia, la principal ventaja de las coronas de metal-porcelana es el precio.

Coronas de porcelana

A diferencia de las anteriores, estas coronas están fabricadas únicamente con cerámica. Son mucho más estéticas y destacan por su translucidez y capacidad para imitar una gran cantidad de tonos, por lo que se mimetizan muy bien con el esmalte del paciente.

Sin embargo, las coronas de porcelana no destacan por ser especialmente resistentes, por lo que suelen colocarse en dientes anteriores (incisivos y caninos), los cuales son muy visibles al sonreír pero tienen poco peso en la masticación.

Coronas de zirconio

El zirconio (óxido de zirconio) aporta un núcleo muy resistente que puede recubrirse con cerámica o emplearse en monolítico (una sola pieza de zirconio). En líneas generales, podríamos decir que las coronas de zirconio aúnan los principales beneficios del metal y la porcelana. El zirconio es muy estético, pero mucho más duro y resistente que la porcelana.

Las coronas de zirconio son capaces de soportar el desgaste diario propio de la masticación y están indicadas para el sector posterior y anterior de la boca. Fruto de estas importantes propiedades, el precio de este tipo de coronas es más alto.

Los principales motivos por los que se utilizan las coronas dentales son dos: para reforzar un diente dañado o tras colocar un implante dental.

¿En qué casos es necesaria una corona dental?

Los principales motivos por los que se coloca una corona dental son las siguientes:

Para reforzar un diente dañado

En una gran cantidad de casos, las coronas dentales se colocan en dientes que han sufrido un fuerte golpe o traumatismo, lo que ha dado lugar a un debilitamiento o pérdida de su estructura.

En estos casos, el odontólogo valorará el daño sufrido por el diente y, si su pronóstico es malo a medio o largo plazo, podrá recomendar la colocación de una corona. De esta manera, se protege y refuerza el diente para evitar que se rompa.

Algo parecido sucede en los casos en los que se ha practicado una endodoncia en un diente que tenía una caries muy profunda. Si el dentista ha tenido que retirar mucha superficie dental para eliminar la caries es posible que tenga que colocar una corona.

Tras colocar un implante dental

Por lo general, cuando una persona pierde un diente lo más recomendable es colocar un implante dental. El implante es, concretamente, el tornillo que se inserta en el maxilar superior o la mandíbula del paciente, y que sustituye la raíz del diente. Tras la cirugía, será necesario colocar una prótesis o corona sobre el implante, que es lo que terminará de devolver la funcionalidad y estética al diente perdido.

¿Cómo se hace una corona dental?

A continuación, vamos a resumir los principales pasos para confeccionar y colocar una corona dental.

1 – Toma de impresiones preliminares (o de estudio)

Antes de fabricar la corona, es fundamental realizar la planificación del caso, así como hacer una radiografía panorámica, registrar la mordida y el color deseado y tomar impresiones al paciente, ya sea con un escáner intraoral o con los moldes tradicionales de alginato. Con estas impresiones, el dentista obtiene una recreación de la boca y dispone de las medidas necesarias para fabricar la corona.

Adicionalmente, las impresiones se utilizan para fabricar la corona provisional que llevará el paciente antes de colocar la definitiva. Normalmente, dicha corona provisional se confecciona con un material acrílico que es menos resistente que la prótesis definitiva.

2- Tallado del diente

El siguiente paso, tras valorar la situación del paciente y del diente a tratar, consiste en tallar el diente sobre el que se va a colocar la corona, en el caso de que esta se utilice para cubrir una pieza dental natural que está dañada. Dicho paso consiste en retirar la cantidad necesaria de esmalte para reducir el espesor del diente. Con ello, se crea el espacio suficiente para que pueda encajar la corona.

Tras el tallado, se vuelven a tomar impresiones y se coloca la corona provisional, que protege el diente mientras se fabrica la definitiva.

3 – Fabricación de la corona

La fabricación de la corona se lleva a cabo en un laboratorio dental. Una vez que el odontólogo ha tomado las impresiones, las envía al laboratorio. Esto puede hacerse mediante un envío físico (en el caso de los moldes de silicona) o digital (en el caso de utilizar un escáner intraoral).

Con el envío, el dentista deberá indicar al laboratorio todos los detalles necesarios para fabricar la corona dental (tamaño, forma, tono de la porcelana o el zirconio…). De esta manera, la prótesis podrá mimetizarse con el resto de dientes y resultar natural.

Una vez que los protésicos confeccionan la corona a medida del paciente, la envían a la clínica dental.

4 – Colocación de la corona

El proceso de colocación puede variar en función del material, del protocolo que se siga y de si la corona va cementada o atornillada. Esto, a su vez, depende de si la corona se coloca sobre un diente natural o un implante.

En general, en este paso, el odontólogo debe retirar la corona provisional, probar la definitiva y verificar contactos, mordida y estética. Tras esto, cementa o atornilla la corona. Además, debe explicar los cuidados a seguir y el calendario de revisiones.

¿Cuánto se tarda en colocar una corona dental?

La corona es una prótesis que se realiza a medida de cada paciente. Por tanto, el proceso de fabricación es personalizado y los tiempos pueden variar en función del caso.

En general, podemos decir que el tiempo de fabricación depende de cada clínica dental, del laboratorio, del tipo de material (porcelana, zirconio…), de si la corona es sobre diente o implante y de la disponibilidad del paciente para acudir a la consulta. Pero, normalmente, desde que el paciente acude por primera vez a la clínica hasta que tiene la corona colocada suelen pasar entre dos y cuatro semanas.

Ventajas y desventajas de las coronas dentales

A continuación, vamos a contarte cuáles son los principales beneficios e inconvenientes de un tratamiento con coronas dentales:

Ventajas

En general, las ventajas más relevantes son las siguientes:

  • Mejora estética (forma, tamaño y color).
  • Resistencia.
  • Duración a largo plazo.
  • Proceso de colocación relativamente rápido y sencillo, si es realizado por profesionales bien formados y experimentados.
  • Resultados naturales.

Desventajas

Por su parte, las principales desventajas de las coronas son las siguientes:

  • Necesidad de tallar el diente. Es necesario tallar el diente para reducir su espesor y poder “ajustar” la corona. Por ello, cuando la colocación de la corona se va a realizar por motivos estéticos y en un diente que está sano se debe valorar la posibilidad de recurrir a carillas, que es un tratamiento menos invasivo.
  • Sensibilidad a los cambios térmicos. Tras la colocación de la corona dental se puede experimentar cierta sensibilidad a los estímulos fríos y calientes. Este es un efecto secundario relativamente habitual en determinados tratamientos dentales y se caracteriza por ser pasajero, ya que suele durar unos días.
¿Necesitas una corona dental? Pide tu cita gratuita

¿Cuánto tiempo dura una corona dental?

Con buenos hábitos e higiene, las coronas dentales pueden tener una larga vida útil. Por lo general, suelen durar entre cinco y diez años. Este plazo tan amplio se debe a que la duración de las coronas está muy relacionada con el material.

Asimismo, el tiempo que dura cualquier corona (sea del tipo que sea) está estrechamente relacionado con los cuidados mantenidos por el paciente (higiene, alimentación, hábitos orales o revisiones con el dentista, entre otros).

Por tanto, aunque a muchos pacientes las coronas les duren diez años, en otras ocasiones se pueden despegar o caer mucho antes si no se siguen los cuidados adecuados.

¿Cómo cuidar las coronas dentales?

Con el objetivo de que las coronas duren el mayor tiempo posible, es necesario que el paciente siga una serie de recomendaciones:

  • Higiene bucodental: uno de los requisitos fundamentales para que cualquier tratamiento dental sea duradero es mantener una buena higiene. Para ello, hay que cepillarse los dientes después de cada comida y utilizar hilo dental al menos una vez al día, en el último cepillado antes de dormir.
  • Alimentación: para alargar la vida útil de las coronas dentales también es fundamental mantener ciertos cuidados a la hora de comer. Entre otras cosas, es preferible evitar los alimentos muy duros y morder hielo.
  • Hábitos orales: adicionalmente, es imprescindible dejar de usar los dientes como herramientas, en el caso de tener este hábito tan dañino para la boca. Por ejemplo, nunca se deben utilizar los dientes para abrir envoltorios o desenroscar los tapones de las botellas.
  • Bruxismo: las personas que aprietan o rechinan sus dientes deben valorar un tratamiento para el bruxismo. El principal es la férula de descarga.
  • Revisiones periódicas: cualquier tratamiento dental requiere un seguimiento, por lo que es imprescindible acudir al dentista con la frecuencia recomendada por este. En estas visitas, se podrá hacer una revisión bucodental y pautar la periodicidad adecuada para realizarse limpiezas bucodentales profesionales.

¿Qué problemas puede dar una corona dental?

El tratamiento con coronas dentales lleva muchísimos años realizándose con éxito. Sin embargo, como cualquier otro procedimiento dental, puede ocasionar ciertos problemas o imprevistos. La mayoría son manejables y tienen solución cuando se detectan a tiempo, de ahí la importancia de acudir a revisiones periódicas.

Los problemas más habituales relacionados con las coronas dentales son los siguientes:

  • Sensibilidad dental: puede aparecer ante el consumo de alimentos o bebidas muy frías o calientes. Este es un efecto secundario relativamente habitual y pasajero.
  • Alergias: no es un problema frecuente, sobre todo con los materiales más avanzados como el zirconio, el cual es biocompatible. Sin embargo, algunas personas pueden presentar alergias a los metales con los que se fabrican las coronas de metal-porcelana.
  • Movilidad: si aprecias movilidad en la corona, debes acudir cuanto antes al dentista. Una corona que empieza a moverse puede llegar a caerse y, además, permitir la entrada de bacterias. Esto último podría causar una infección y complicar más la solución del problema.
  • Caída de la corona: al igual que en el caso anterior, si se te cae una corona debes acudir a tu clínica dental tan pronto como puedas.

A pesar de que puedan surgir determinados problemas o imprevistos, lo cierto es que la colocación y el tratamiento con coronas se caracteriza por ser relativamente rápido y sencillo, siempre que sea llevado a cabo por odontólogos experimentados.

Además, su tasa de éxito es elevada y ofrece un gran beneficio al paciente: poder recuperar la funcionalidad y estética de sus dientes. Por ello, los problemas mencionados, que además son infrecuentes, no deberían suponer ningún impedimento para recurrir al tratamiento.

Si vas a llevar una corona dental y quieres que te dure muchos años, cumple todas las recomendaciones que dependen de ti (no comer alimentos muy duros, cepillarte los dientes cada vez que comas…). Y, en el caso de que tengas alguna duda más acerca del tratamiento o necesites una segunda opinión de nuestros odontólogos, pide una primera cita gratuita en una clínica Vitaldent.

Infórmate de nuestros tratamientos sin compromiso Pide tu cita
Dra. Miriam Alexandre
Dra. Miriam Alexandre
Número de colegiado: 28013854. Coordinadora médica de Prostodoncia, Estética y Odontología General - Máster en Prótesis Bucofacial y Oclusión UCM.

Miriam Alexandre es coordinadora médica del área de Prostodoncia, Estética y Odontología General del Grupo Vitaldent. Es graduada en Odontología por la Universidad CEU San Pablo de Madrid y cuenta con el máster de Prótesis Bucofacial y Oclusión de la Universidad Complutense de Madrid. Fruto de su inquietud por mantenerse actualizada y realizar tratamientos complejos, la doctora Alexandre ha continuado formándose en su área mediante distintos cursos especializados (blanqueamiento dental, composites, técnicas de restauración, etc.). Asimismo, Miriam Alexandre es miembro de la Sociedad Española de Prótesis Estomatológica y Estética (SEPES) desde el año 2017, donde ha presentado pósters de investigación clínica en los congresos de 2018 y 2019.