Cuando te quedas dormido y avanzas de un sueño ligero a uno profundo, se relajan los músculos de la lengua, la garganta y el techo de la boca (paladar blando). Los tejidos de la garganta se relajan hasta bloquear parcialmente las vías respiratorias haciéndolas vibrar y emitiendo este insoportable sonido. A veces, los ronquidos pueden indicar una enfermedad grave, además de la falta de descanso, la irritabilidad y el dolor de cabeza.
Mientras más estrechadas estén las vías respiratorias, más forzado será el flujo de aire. Esto causa que aumente la vibración del tejido blando, produciéndose el ronquido con mayor intensidad.
Las siguientes afecciones pueden bloquear las vías respiratorias y causar ronquidos:
Tener el paladar blando bajo y grueso puede estrechar las vías respiratorias.
Beber demasiado alcohol antes de dormir. El alcohol relaja los músculos de la garganta y disminuye las defensas naturales contra la obstrucción de las vías respiratorias.
Problemas nasales por alergias o el tabique nasal desviado.
Posición corporal durante el sueño. Los ronquidos son más frecuentes y fuertes al dormir boca arriba debido a que el efecto de la gravedad sobre la garganta estrecha las vías respiratorias.
El sobrepeso agrava el problema, debido a la acumulación de grasa en los músculos del cuello, que estrecha la vía aérea y dificulta la salida de aire.
Con los años, la vía aérea se hace más estrecha y se pierde tono muscular en la garganta.
Durante la menopausia aumentan las mujeres roncadoras debido a los cambios hormonales y físicos (redistribución del tejido adiposo).
En Vitaldent disponemos de un tratamiento consistente en una férula personalizada antirronquidos que, sin necesidad de ningún tipo de intervención, permite respirar con normalidad.
Se coloca a la hora de dormir y simplemente desplaza la mandíbula hacia adelante para facilitar la entrada de aire. Los profesionales coinciden en que los DAM (Dispositivos de Avance Mandibular) son eficaces para muchos roncadores.
Según la SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica), la población adulta con este problema alcanza el 25% en España.
Los ronquidos también están relacionados con la apnea obstructiva del sueño. Con esta afección grave, los tejidos de la garganta bloquean completamente las vías respiratorias, lo que impide que respires mientras duermes.
La apnea obstructiva del sueño suele caracterizarse por ronquidos fuertes seguidos de períodos de silencio cuando la respiración se detiene parcial o totalmente. La gravedad del síndrome de apnea-hipoapnea se establece casi en toda la literatura en función del índice de apnea-hipoapnea de manera que cuando es inferior a 20 episodios por hora, el cuadro se considera leve; cuando se sitúa entre 20 y 40, se considera moderado; y por encima de 40, grave. Esta pausa en la respiración puede provocar que te despiertes bruscamente, con un sonido de resoplo o jadeo fuerte, tos o un movimiento fuerte de piernas.
La apnea del sueño es una enfermedad muy frecuente que afecta a las personas mientras duermen. Consiste en una parada total o parcial del aire que habitualmente entra y sale de nuestros pulmones, lo que denominamos paradas respiratorias. Los síntomas más frecuentes son el cansancio intenso y la tendencia a quedarse dormido en las actividades de la vida cotidiana, incluso mientras conducimos.
Muy pocas enfermedades en el ámbito de la neumología han evolucionado científicamente tanto como lo ha hecho el síndrome de apneas-hipopneas durante el sueño (SAHS). En apenas un cuarto de siglo, esta enfermedad ha pasado de ser una mera curiosidad médica para convertirse en una de las derivaciones más frecuentes que desde atención primaria se realiza a especializada. Este vertiginoso camino del SAHS ha sido debido a varios factores: por un lado, al descubrimiento de que es una enfermedad enormemente frecuente (afecta a un 2-6% de la población general), sobre todo a grupos de riesgo de gran importancia en términos epidemiológicos como los ancianos, los obesos o los roncadores.
Si el origen de los ronquidos se debe a la apnea es posible que corras riesgo de sufrir otras complicaciones, entre ellas:
Un mayor riesgo de tener presión arterial alta, afecciones cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Un incremento del riesgo de problemas de conducta, como agresión o problemas de aprendizaje en niños con apnea obstructiva del sueño.
Si tu hijo ronca, consulta con su pediatra. Los niños también pueden tener apnea obstructiva del sueño.
Con frecuencia, las obstrucciones nasales como vegetaciones, alergias, amígdalas o desviaciones del tabique nasal, así como la obesidad, estrechan las vías respiratorias de un niño, lo que puede provocar que padezca apnea del sueño.
El tratamiento de ortopedia dentofacial también ayuda a corregir trastornos respiratorios.
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