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En todos los rincones del mundo existen tradiciones relacionadas con el momento en que los más pequeños de la casa pierden los dientes. En España y algunos otros países de habla hispana como México, Argentina o Venezuela es el Ratoncito Pérez el encargado de cambiar los dientes de leche de los niños por regalos.
El objetivo es “quitarle hierro” a la caída del diente y hacer de ese momento algo divertido y emocionante para los más pequeños.
¿Sabías que el origen de la historia de este singular ratón se sitúa en 1894? Fue entonces cuando el escritor, periodista y jesuita español Luis Coloma escribió el cuento para el rey Alfonso XIII niño al cual se le había caído un diente recientemente. Si quieres conocer más sobre esta historia y algunas singularidades relacionadas con ella puedes consultar este artículo.
El mismo esquema se repite en multitud de rincones del mundo. Cada sociedad y cada cultura a su manera celebra este pequeño paso del crecimiento humano de maneras muy diversas pero con el mismo objetivo.
Parecidos a nuestro pequeño personaje hay otros como el Duende de los Dientes que visita a los niños irlandeses, la Petite Souris en Francia o el Hada de los Dientes de algunos países anglosajones.
En ciertos países de Asia y África los dientes caídos se tiran al tejado de las casas con el fin de que los recojan personajes como un pájaro o la luna. En otros como Jordania o Egipto tiran los dientes al aire y en Turquía los entierran como símbolo de buena suerte.
Pero no hace falta irse tan lejos para encontrar otras peculiares maneras de celebrar el cambio de dentición de los niños. En España por ejemplo hay otros encargados de esta labor: La Ardilla de los Dientes en Cantabria, Maritxu Teilatukoa en el País Vasco o l’Angelet en Cataluña.
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